Un viejo Monje me dijo susurrando muy bajito:
"Oye pequeño amigo,
si corres muy de prisa no verás las flores de tu sendero, no podrás recordar en detalle tu Camino.
Si vas muy lento te perderás y no sabrás tu destino.
Por ello, no vayas lento ni rápido, sino camina sin detenerte y verás cuánto habrás aprendido.
Como yo, estarás sentado al final de tu camino a la espera de un jóven amigo y no pasarás al olvido"